Todos los actores se han enfrentado, en algún momento, a una audición que no salió como esperaban, aunque no siempre resulta en algo negativo, como ocurrió con el casting fallido de Jim Parsons que acabó abriendo las puertas de La teoría del Big Bang.
“También hice una audición (y me llamaron un par de veces) para el papel de Barney en Cómo conocí a tu madre. Pero no quiso probar porque en el casting lo describían como un “tipo enorme”. Yo estaba como, ‘¡¿Qué carajo están pensando?! ¡No soy un tipo grande!'”, reveló.

Crédito: Televisión 20th Century Fox
Y agregó: “Cuando Neil Patrick Harris se lo llevó, pensé: ‘¡Oh, aquí hay una lección!’ No es que seamos iguales en absoluto, pero él no es un gran tipo, déjame decirlo”.
La lección a la que se refiere Parsons fue la de dejar de prestar atención a los supuestos atributos que debe tener un personaje, cuando, si un actor es lo suficientemente bueno, acabará adaptándose a él y no al revés.
“Pensé: ‘Deja de leer esa basura en el desglose. Simplemente olvídate de todo eso. Entra y haz lo que quieras con el material'”, dijo.

Crédito: CBS
Si bien la lección fue lo suficientemente fuerte como para moldear su futuro y hacerle replantear su forma de audicionar, lo cierto es que esta negativa fue muy dura para él, quien soñaba con una oportunidad de destacar en televisión, que llegó años después de la mano de Sheldon Cooper. La teoría del Big Bang.
“Sentí que todo había salido mal. Casi salí corriendo gritando de la sala en la que había audicionado. […] Me volvieron a llamar como si estuvieran interesados. “No estaban lo suficientemente interesados porque la persona adecuada había conseguido el papel, Neil Patrick Harris”, afirmó en el recordado El Late Late Show con James Corden.